Titulo Historia de Miramar
Roseta de Gliptodonte
Las 'rosetas' de gliptodonte, restos
de su caparaz�n, son unos de los
f�siles encontrados con mayor fre-
cuencia, en muchos casos apa-
recen tirados sobre la arena de la
playa (Colecci�n privada)
Femur de Toxodon
En la colecci�n del Museo Argentino de
Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia
existe un f�mur de toxod�n con una flecha
de cuarcita incrustada en el tejido �seo,
esta pieza fue encontrada en 1915 por
Carlos Ameghino en las barrancas de
Miramar[1]

La Prehistoria

Los restos de alfarería y de piedras talladas nos dicen que la llanura pampeana ha sido el escenario de un proceso cultural cuyos protagonistas fueron, durante muchísimos años, los aborígenes.
Mucho tiempo antes de que el trigo llegara a dorar la pampa y el ganado pastara en los campos, el hombre, por entonces cazador nómada, transitaba estos terrenos enfrentando con sus primitivos recursos a la dura naturaleza.
Las investigaciones sobre el hombre antiguo y la arqueología en la región comenzaron hace más de un siglo con la obra de Florentino Ameghino, si bien ha sido muy dificil lograr conclusiones inobjetables, sus estudios e investigaciones y los de quienes le siguieron permiten afirmar que el hombre pampeano llegó a coexistir con los grandes mamíferos del final del pleistoceno cuando estos estaban a punto de desaparecer hace varios miles de años, y a los cuales cazaba para procurarse su alimentación. Teniendo en cuenta que el pleistoceno culminó hace unos 10.000 años, con la última glaciación, nos es posible establecer que ya desde entonces hubo seres humanos habitando en esta zona.
Con la culminación del pleistoceno y el subsiguiente comienzo del holoceno se produjo un cambio general del clima y del paisaje, los grandes mamiferos (toxodontes, gliptodontes y megaterios) se extinguieron y las pampas se transformaron en el paisaje por el que transitarían la fauna y el hombre actuales.
¿Qué ocurrió con los aborígenes cazadores en este nuevo panorama? ¿Permanecieron en la región pampeana tratando de adaptarse a este cambio o buscaron otros lugares en los que obtener su comida? Cabe suponer que en tanto hubiera con qué alimentarse no habría razón para moverse de la región, el hombre de aquella época dependía para su sustento del alimento que lograba, básicamente, por medio de la caza, cuando los grandes mamíferos se extinguieron su búsqueda se orientó hacia el guanaco del cual obtenían carne para su dieta y cuero para vestir y construir sus viviendas.
Los humanos vivirían entonces en aquellos lugares más aptos para obtener su alimento, en particular en los que habitaba el guanaco, en la llanura pampeana estos sitios bien pudieron ser las zonas serranas de Tandilia y Ventania, de hecho, hemos mencionado antes que en los 'picaderos', entre los médanos de la costa atlántica, se encuentran numerosas piezas de cuarcita, este material no es propio de las zonas costeras pero abunda en las sierras, lo que sugiere que quienes habitaban entre los médanos lo traían de aquella región.
Toda la parte central y meridional de la provincia de Buenos Aires presenta sitios de interés arqueológico, muchos de ellos localizados a campo abierto: allí donde el ganado deja sus huellas, donde el viento barre el terreno y en las tranqueras de los campos, suelen aparecer instrumentos fabricados por los indígenas, también se los puede encontrar en aquellos lugares en los que hubo buena caza y agua potable tales como lagunas y orillas de ríos y arroyos. En ocasiones, en la región papera, en los lugares en que la cosecha de papa se realiza a mano, los 'maleteros' (tal es el nombre que se da a los encargados de esta dura tarea) suelen encontrar piedras de forma aproximadamente esférica con un canal en su perímetro: son restos de boleadoras arrojadas por los pampas en sus cacerías.
Desde el punto de vista del atractivo que presenta un sitio para habitar en el, la parte de la costa tiene el ingrediente adicional, especialmente en épocas de calor, de ser una zona bien ventilada lo que permitía a hombres y animales escapar de las plagas de insectos picadores (los antiguos viajeros aluden a 'la sabandija', haciendo referencia a mosquitos, jejenes y tábanos, se dice que era tan gresiva que los animales sedientos debían refigiarse en la parte alta de los médanos, donde corría la brisa, sin poder acercarse a beber el agua de las lagunas).
Sin embargo no es posible establecer con certeza si los aborigenes residían permanentemente en la costa o si estas zonas eran lugares de paso o zonas de cacería, la escaséz de restos de alfarería sugiere la posibilidad de estas últimas alternativas. Si bien en la zona abundan los restos fósiles y el material arqueológico, la información que han brindado es escasa, en parte porque no existe un acuerdo respecto de los niveles estratigráficos lo que no permite tener certeza acerca de la antigüedad de las muestras.
Podemos asumir que, en terminos generales y en tanto no ocurriera algún cambio drástico, la vida del aborigen pampeano se mantuvo mas o menos invariable y durante muchos años continuaría siendo un nómade cazador.