El Campo Saboyardo tenía su casa principal , que fuera residencia de la familia de la Plaza en el lugar conocido como Quinta Los Abuelos. La casa se encuentra bastante deteriorada por el paso de los años, sin embargo se adivina en su aspecto general que ha sido una magnifica vivienda. El hecho de que allí se encuentre la piedra fundamental de la ciudad de Miramar habla de su innegable valor histórico. Está ubicada en la intersección de las calles 1 y 44 (de hecho, la calle 1 toma su número por pasar por ese lugar). El terreno en el que se levanta ocupa unas once hectareas, llegando hasta la calle 48 por un lado y hasta el arroyo El Durazno por otro, allí crece un magnífico y añejo monte recorrido por senderos que circulan entre altos pinos cubiertos de enredaderas.
A 18 Km. de Miramar, cerca del cruce entre la ruta 77 (continuación de la Av. 9) y la ruta 88 se encuentran las viejas construcciones del casco de la Estancia La Ballenera, lugar que ha visto pasar gran parte de la história de la zona. Uno de los primeros propietarios de La Ballenera fué don Pedro Luro, Luego fué propiedad de don Juan Dupuy, más adelante de Fortunato de la Plaza y por último pasó a manos de la familia Garroz.
Saliendo de Miramar hacia Mar del Plata por el antiguo camino Independencia (el primer camino que unió estas dos ciudades) y poco antes de llegar al Arroyo Las Brusquitas, límite natural entre los partidos de General Alvarado y General Pueyrredón, existe un camino de tierra que parte hacia la izquierda bordeando el arroyo, en la zona se lo llama Camino del Infierno, tras recorrer por el mismo unos 4Km. se arriba a un lugar llamado Estancia El Infierno. El casco fue construido en 1873 por oden de don Carlos Otamendi y su ubicación dentro del territorio de los indios hizo que jugara un importante papel en la Campaña del Desierto. Esta estancia, como otras que datan de aquella época, debieron soportar duros malones que solo cesaron en la medida que el avance de la frontera las iba dejando cada vez más adentro del territorio conquistado. Se dice que la estancia El Infierno debió soportar once malones comandados por el cacique Yanquetruz, jefe indio de toda la región, los ataques surgían sorpresivamente desde detrás de una loma que se encuentra frente al edificio por lo que la loma fue bautizada con el nombre del cacique.